¿Les molesta a los hombres que las mujeres tengan líneas de bronceado (como las de un bikini)?


La mejor respuesta

Llegué a la mayoría de edad antes de los bronceados con spray o los salones de bronceado, cuando la piel bronceada era codiciado y la única forma de adquirirlo era tumbándose al sol. (Tenga en cuenta que crecí en los EE. UU., Donde se requería cubrir los senos en la mayoría de las playas, y los bikinis eran omnipresentes).

A principios de los 80, a la mayoría de los hombres les encantaban las líneas de bronceado. Ver las líneas era ver las partes íntimas de una mujer. Y dado que los estándares de belleza exigían un bronceado de verano, la joven promedio los tenía. Y si al hombre heterosexual promedio le molestaba, lo hacía de la mejor manera posible.

Esta es una recreación moderna, pero entiendes la idea. Un vistazo de esto en una playa pública, ¡y boom! Boner city.

Ahora, la gente puede evitarlos y los evitará. No mucha gente se hornea al sol sin aplicar bloqueador solar, al menos por lo que puedo ver. Y hay muchas formas de adquirir una piel morena a la moda sin exponerla al sol.

Pero en otra época, puedes apostar que a los hombres no les molestaban las líneas de bronceado. Demuestra que los estándares de belleza pueden cambiar con los tiempos y la tecnología.

Respuesta

Vivo en el sur de California, por lo que termino con líneas de bronceado con bastante regularidad. Un hombre ha comentado sobre ellos exactamente una vez.

Había estado aprendiendo a hacer bodyboard, lo que significa que mi trasero estaba en el aire durante horas, y de alguna manera me olvidé de aplicarme protector solar todo el día. La mitad de mi Las nalgas que no estaban cubiertas por mi traje de baño se quemaron horriblemente, y eso se convirtió en un bronceado oscuro. Contrastando bastante dramáticamente con el resto de mi trasero, que había mantenido su tono habitual de Casper el Fantasma Amistoso.

Algunas semanas después de esto, estaba, ejem, conociendo a un nuevo pretendiente. Cuando me quitaron los pantalones, mi tanga quedó expuesta … al igual que mis nalgas de caoba y marfil. Él dejó escapar una risa de sorpresa. Sonreí y me ofrecí a poner Volver a ponerme los pantalones, si la vista lo ofendió. Por alguna razón, rechazó mi amable oferta y continuó según lo planeado.

Concluyo que muy pocos hombres, si es que hay alguno, se preocupan lo suficiente por las líneas de bronceado como para rechazar a una mujer que le ha expuesto sus líneas de bronceado.

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