Mejor respuesta
A menudo significa cuando nuestro cerebro piensa demasiado y magnifica el riesgo y el miedo más de lo que exige la situación . Es una respuesta humana bastante normal a la incertidumbre y al cambio. Es el resultado de que nuestro sistema de respuesta al estrés se acelera y la respuesta de lucha-huida se activa. Solía ser muy útil para motivarnos a huir de los osos en el bosque, es un poco menos útil y a menudo problemático en la sociedad moderna (a menudo el comienzo de un conflicto interpersonal o acciones miopes).
Algunos ejemplos son:
Nueva madre: «Oh no, si no me mantengo al tanto de todo, reprobaré tanto a mi familia como a mi carrera»
Estudiante universitario: «Dios, si no apruebo este examen final, mi futuro está arruinado «
Atleta:» Esta es la única oportunidad que tengo de ganar este juego y fallé, siempre seré un fracaso «
Creo que la mayoría de nosotros probablemente podamos identificarnos con algunos de estos o pensamientos similares en situaciones estresantes?
Soluciones (definitivamente es más fácil decirlo que hacerlo, no soy un experto en la práctica ):
- No sentirse culpable por sentirse estresado. Reconozca que su cuerpo y mente están respondiendo de la forma en que fueron diseñados, para no duplicar el estrés.
- Identifique y elimine la fuente del estrés si es posible.
- Coma, duerma , haga ejercicio si es posible.
- Medite y observe nuestros pensamientos y sentimientos para evaluar si nuestra respuesta conductual es apropiada antes de responder. Regular la respiración para regular las emociones.
- Tomar decisiones importantes después de que estemos emocionalmente calmados (si es posible).
- Crear entornos emocionalmente seguros y de bajo estrés para que otros trabajen. Colaboramos mejor y somos más creativos cuando se satisfacen nuestras necesidades fundamentales.
Respuesta
Psiquiarse a sí mismo era una expresión popular en la década de 1970. Significaba ponerse en tal estado mental a través del pensamiento negativo que se preparaba para el fracaso. Un ejemplo: es el día del examen. Has estudiado y preparado, pero sigues diciéndote a ti mismo que vas a suspender. Tu mente sigue rodando. Piensas: “Este examen es fundamental. Si reprobo esto, nunca entraré en la universidad. ¡Estaré atrapado en esta ciudad para siempre! ¡Solo sé que voy a sacar una F! » Cuando llega el momento de realizar el examen, estás tan nervioso que apenas puedes pensar. Conoces el material, pero te has puesto tan nervioso que SÍ fallas. Y todo porque te «animaste».