Mejor respuesta
Hola. Un «demonio personal» no es un verdadero demonio … ni siquiera es sobrenatural … es simplemente una metáfora.
Si busca la palabra demonio en un diccionario, encontrará más de una docena de posibles definiciones. «Demonios» en este contexto implica recuerdos traumáticos responsables de los comportamientos negativos actuales, típicamente adicción y aislamiento. Se utiliza con frecuencia para describir a los «artistas torturados» (otra metáfora).
Algunos grupos religiosos como los pentecostales y una variedad de cultos «carismáticos» no confesionales se han encargado de asignar erróneamente una explicación espiritual a todos los defectos de carácter, como los «demonios» del alcoholismo, la masturbación y el feminismo, que pueden «exorcizar» pública y dramáticamente ante el aplauso de los feligreses. Si bien es cierto que una variedad de parásitos astrales y diablillos de bajo nivel pueden adherirse a personalidades adictivas, no son demonios, ni son la causa raíz del problema.
C. R. Jahn, autor de Arcane Lore (como Scribe 27)
Respuesta
Si luchas con tus demonios internos, perderás, pero hay otra forma.
Nuestros demonios internos vienen en forma de pensamiento compulsivo, que a su vez, determina cómo nos sentimos. Es este vínculo entre el pensamiento y las emociones lo que nos hace sentir como una mierda. Es imposible apagar nuestras mentes pensantes, pero puede bajar el volumen.
Las metáforas, que tienen una forma de contener la mayor parte de la verdad en el menor espacio, son una excelente manera de hacerlo.
Basado en mi investigación de doctorado, aquí hay 3 metáforas atemporales que te ayudarán a distanciarte de los pensamientos problemáticos y, como resultado, te ayudarán a luchar con tus demonios internos.
1. Pasajeros en el autobús
Visualízate conduciendo un gran autobús rojo. Hay pasajeros en el autobús y, mientras conduce, algunos se suben y otros se bajan.
Los pasajeros representan sus pensamientos y sus demonios internos. Ahora imagínese hablando con ellos. Esta es una excelente manera de ser más consciente de su pensamiento y, al mismo tiempo, de distanciarse de sus pensamientos.
Lo que debe recordar es que usted es el conductor de este autobús, el que toma las decisiones. Los pasajeros son solo temporales. Vendrán y se irán.
Al hacerlo, puedes tomar el control del autobús, tu bus mental, diciendo cosas como «Gracias por tus comentarios, pero este es mi autobús». o «Oye, esta es tu parada, es hora de bajar».
2. Nubes en el cielo
Imagina tus pensamientos y demonios internos como nubes flotando en el cielo. A veces están oscuros y enojados, a veces son ligeros y tranquilos. Pero no eres las nubes. Eres el cielo azul que se fija en las nubes, sin engancharte. Simplemente obsérvelos hasta que pasen.
Esta es la práctica de la autoobservación, lo que significa observar atentamente cómo piensa.
Considere este ejemplo. Si le pregunto qué está pensando, podría notar que se está pateando a sí mismo por una oportunidad perdida, preocupándose por el dinero o llamándose estúpido. La idea es dar un paso atrás y observar estos pensamientos hasta que pasen. La buena noticia es que pasarán. Todo pasa, bien o mal.
Cuando practique esto con regularidad, creará una sensación de desapego cuando surjan pensamientos desafiantes. Cada vez más, te darás cuenta de que no eres tus pensamientos, y en lugar de sentirte abrumado, habrá un espacio y podrás responder de manera racional.
3. Primeros y segundos dardos
Los primeros dardos son dolores ineludibles que nos arroja la vida. Puede ser una ruptura difícil, una oportunidad perdida o la muerte de un ser querido. Estos dolores inevitables son la esencia de la existencia humana, y si vives y amas, algunos de ellos caerán sobre tu puerta.
En realidad, sin embargo, la mayoría de nuestros problemas no son causados por los primeros dardos. Son causados por cómo respondemos a ellos.
Los segundos dardos son los dardos que nos lanzamos a nosotros mismos. Estas son nuestras reacciones a los primeros dardos, y esta es la fuente de gran parte de nuestro sufrimiento.
Estas reacciones del segundo dardo son más comunes de lo que crees.
¿Con qué frecuencia has discutido con su jefe, incluso antes de salir de la ducha?
¿Cuántas veces ha traído el tráfico matutino al trabajo?
¿Con qué frecuencia ha traído frustraciones laborales a casa para cenar? ?
Esta es la esencia del sufrimiento, reacciones secundarias a eventos dolorosos, que a menudo son más destructivas que la experiencia original.
La próxima vez que reconozcas los primeros dardos, en lugar de resistirlos, deberías aceptarlos completamente. Si se queda atascado en el tráfico o frustrado en el trabajo, acéptelo y siga adelante, porque es nuestra resistencia al dolor lo que causa nuestro sufrimiento.
Mensaje para llevar
Manteniendo la mayor parte de la verdad en la menor cantidad de espacio, las metáforas pueden ayudarlo a lidiar con conceptos psicológicos abstractos como el pensamiento problemático y, como resultado, ayudarlo a luchar con sus demonios internos.
La próxima vez que esos demonios vengan a llamar, no tiene que sentirse abrumado. Podrías echar del autobús a esos pasajeros problemáticos. Podrías observar esas nubes oscuras y enojadas mientras pasan flotando, sin comprometerse. O podrías aceptar esos primeros dardos antes de que se conviertan en sufrimiento.
No puedes dejar de pensar, no importa cuánto te esfuerces, pero puedes distanciarte de los pensamientos problemáticos. Al hacer esto, sus demonios internos no se sentirán tan ruidosos.