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Rusia es un pais burocratico. El problema de occidente para entender a muchos gobiernos orientales es que el boludo de Max Weber les metio en la cabeza que la burocracia, si bien es una corporacion, lo unico que hace es administrar poder, pero nunca tiene poder material ni politico propio. Eso no funciona para Rusia ni para China actuales, ni para estos mismos paises en el pasado. No son dictaduras porque sus «autocratas» no estan por encima de la ley: pueden doblarla a veces, pero el gobierno no es una sucesiòn de sus caprichos.
La burocracia rusa fue creada como estructura de gobierno por la revoluciòn socialista. El sistema economico dejò de ser un Socialismo Cientifico (llamado «Comunismo») en 1991, pero la estructura burocràtica nunca se deshizo. Perdiò poder, pero eventualmente lo recuperò. La transformacion de los 90s intento cambiar a un estado liberal pero fue imposible, la sociedad se vino abajo y el cambio fracasò mucho mas rapido de lo que habia fracasado el socialismo. Finalmente la buroracia retomò el control bajo Putin, ahora manejando una economia de mercado con enormes condicionamientos. Los limites que tiene ese mercado son signficativos, por ejemplo el Estado puede anular cualquier venta de algo que ocurra en su territorio, confiscando de hecho el bien sin compensacion. (pero no puede hacerlo automaticamente, tiene que hacer un juicio demostrando que ese bien se aprovechò del Estado o algo asi)
En la actualidad, Rusia prevee procesos electorales para elegir autoridades, pero el poder lo sigue teniendo y lo va a seguir teniendo la burocracia. En las elecciones se eligen un numero de burocratas de cada partido politico, pero la burocracia tiene ella misma un partido que la representa que es el partido gobernante, Rusia Unida. Ahi tambien hay una diferencia con las dictaduras que generalmente son interrupciones de un orden constitucional que o existe o todo el mundo sabe que deberia existir. Son situaciones temporales, ligadas a la vida del dictador o de sus descentientes (como en Siria). Rusia no tiene nada que ver con esto. La ley rusa es clara en su apoyo al sistema como funciona actualmente y no se preveen cambios, resultando mucho mas estable que lo que fue el intento de liberalizar. Dado que es la burocracia la que tiene el poder, el pais va a seguir siendo una economia de mercado a menos que la burocracia vuelva a creer que es mejor cambiar a otra cosa, o volver a lo anterior (por ejemplo, si gana las elecciones el partido comunista)
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No estuve en la Unión Soviética, pero si en Polonia. De hecho, estaba en Cracovia cuando eligieron Papa a su Arzobispo, Juan Pablo II (pura correlación, ninguna relación causal).
Fui invitado una semana a la Universidad de Varsovia y al llegar me ofrecieron un lugar en un despacho en el que había dos mesas. Me contaron que había cuatro estudiantes de postgrado asignados a ese despacho, pero como no había sitio para todos, no acudía ninguno, y no les pasaba nada; si querían trabajar, lo hacían en su casa.
En los supermercados estatales había solo una marca de cada cosa: solo un tipo de latas de guisantes, alubias, garbanzos, … con unas etiquetas grises muy poco atractivas, sin ilustraciones. Los dependientes no se esforzaban lo más mínimo, dado que su sueldo no dependía de cómo hicieran su trabajo. Recuerdo que fui buscando una cosa acompañado por un polaco, y la malhumorada dependienta nos dijo que no lo tenían, como si al preguntarle la hubiéramos ofendido. Yo lo estaba viendo en lo alto de un estante (no había acceso directo a ese producto) y le dije a mi acompañante polaco que se lo indicase. La dependienta lo cogió con una cara peor aun si cabe y nos lo tiró en el mostrador.
Cuando los polacos venían a España y veían la variedad de productos del mismo tipo en los grandes almacenes, lo atractivo de la presentación y la amabilidad de los dependientes (cuya promoción laboral sí dependía de sus ventas) no daban crédito a sus ojos. Leí incluso que algunos de los iniciales visitantes soviéticos a los EEUU, al ver su primer supermercado, creyeron que era propaganda dirigida a ellos y que el resto de las tiendas no serían así.
La comida era poco variada pero de buena calidad. El problema era que en los restaurantes no tenían la mayoría de productos de la carta, que además estaba solo en polaco y en la mayoría no había nadie que hablase inglés o francés. Pero descubrí un autoservicio en un gran almacén, donde podía elegir yo mismo los productos; en particular tenían un codillo excelente a un precio ridículamente bajo. Desde que lo descubrí, lo comí cuatro días seguidos, con gran perjuicio de mi dieta.La cocinera, que era una mujer gruesa muy simpática (eso contradice mi opinión anterior, pero los gordos solemos ser afables, incluso en los regímenes comunistas) me saludaba ya al verme; supongo que lo que me decía sería bueno, porque ahí yo iba solo y no hablaba polaco, ni ella otro idioma; igual me estaba llamando sucio capitalista explotador del proletariado, pero eso si, sin acritud.
La gente era amable pero un poco triste. A las cinco de la tarde era de noche. Antes de ir a trabajar (entraban tarde, muchos a las diez de la mañana) se pasaban por las tiendas «a ver que había». Uno no iba a comprar algo concreto; compraba lo que encontraba y que remotamente pudiera serle útil en el futuro. El problema no era no tener dinero para comprar, sino no tener qué comprar. Los estudiantes con los que yo hablé criticaban abiertamente al régimen comunista; los profesores no tan abiertamente.
En fin, podría seguir, comparando algunas cosas comunes de los regímenes autoritarios (Polonia y España en aquellos momentos), pero prefiero no alargarme más.